Miles de kilómetros y decenas de libros después, escribo unas líneas en el blog que no lee nadie, en un día de calor infernal (cualquier excusa es buena para retrasar el ponerse a trabajar) El domingo empiezo de nuevo a colaborar en la radio, hablando de cine, de libros y de vida, pero sigo escribiendo prácticamente a diario de Medicina. Estaba pensando poner en marcha un blog de temas estrictamente sanitarios, pero creo que aprovecharé este y crearé un subgrupo. Soy tan sentimental que, si abandono este, tendría la sensación de abandonar algo muy mío...
Esta semana, entre otros libros, he leído el nuevo de Enric González, Historias de Roma. He de reconocer que es una de mis debilidades, pero es tan corto que si no hubiera sido un regalo de la editorial me hubiera sentido defraudado. Así que acérquense a su biblioteca más cercana...
Ahora leo otro de mis autores contemporáneos imprescindibles: William Boyd. Ha elegido a los malvados laboratorios farmacéuticos como protagonistas. Qué juego da la industria farmacéutica como malo de la película...
Yo te sigo en la radio y en el blog ;-)
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