Estoy escribiendo una novela sobre la Badalona romana y Dalt de la Vila y tengo que decir que me lo estoy pasando pipa. Toda la vida escuchando historias sobre el bloqueo del escritor, el pánico ante el folio en blanco y el sufrimiento del artista y sólo me quedo con la experiencia de darle vueltas a la cabeza, ver cómo los personajes y la historia crecen buscando soluciones lógicas y llegando a un final.
Desde luego no se va a parecer en nada a lo que me había imaginado en un principio, pero esa es la gracia de la cuestión. Es un organismo 'vivo' que busca por dónde respirar. En fin, toda una experiencia.
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