jueves, 16 de octubre de 2025

La vida de Chuck: atrévete a bailar

 


No soy especialmente fan de los libros de Stephen King, aunque he visto casi todas las adaptaciones al cine y espero con curiosidad La larga marcha y Running Man. La vida de Chuck, que nos llega con cuatro meses de retraso tras el estreno estadounidense de junio, proviene de un relato breve que se ha estirado a 110 minutos en pantalla. Y con la curiosidad de que está contado desde el final: vemos a un profesor de colegio que interpreta Chiwetel Ejiofor que comienza a ver cómo se desmorona el mundo a su alrededor, con fallos en los teléfonos y en las comunicaciones y un misterioso anuncio omnipresente de un tal Chuck, al que se le agradecen los 39 años de servicios prestados en su trabajo.

La tensión va creciendo, como sucede siempre en las obras de King y vamos viendo la historia del profesor y de su expareja -Karen Gillan- en este mundo en descomposición.

En el segundo acto aparece un Tom Hiddleston absolutamente excelso, que se luce en todos los planos. Una escena, especialmente, creo que va a pasar a la historia del cine y nos da pistas para el gran final del primer episodio, en el que se dan todas las respuestas de la trama y a un final apoteósico.

La vida de Chuck es una película sobre la alegría de vivir, sobre la importancia de aprovechar los momentos, sobre la importancia de la música y del baile -con canciones maravillosas de los 80 y de otras décadas- y, aunque Hiddleston es la estrella, el reparto es muy coral, con cameos nostálgicos de Mark Hammill y (ay) Mia Sara.

Al final queda una fábula simpática, emotiva y tierna, con ese regusto al King de Cadena Perpetua o de La milla verde, que nos anima a disfrutar de esas gotas de felicidad entre las amarguras del día a día.

Esperaba una dirección de Mike Flanagan más afilada y terrorífica, pero ha optado por un enfoque muy amable, dirigido a toda la familia, siguiendo la senda de Frank Darabont. Y, al salir de la sala, te queda la pregunta de si estás haciendo todo lo posible para aprovechar la vida, dejar el móvil, poner música y dejarse llevar por el baile.

PD: mejor no leer la sinopsis de FilmAffinity. El spoiler arruina absolutamente la experiencia.

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