viernes, 7 de noviembre de 2025

Bugonia: Lanthimos mete a todos los géneros en su batidora


Me hubiera encantado estar presente en las reuniones de productores de Bugonia. Ver tomar decisiones creativas a Yorgos Lanthimos, Ari Aster y Emma Stone debe ser verdaderamente fascinante.

Al igual que en Pobres criaturas o en La favorita, el griego parte de material ajeno. En este caso, la delirante película coreana Salvar al planeta Tierra, depurada y sublimada por el guionista Will Tracy -conocido por Sucession o El menú- en una historia que transforma a la pareja original en dos primos obsesionados con las conspiraciones y negacionismo. Jesse Plemons repite con Lanthimos tras Kinds of Kindness, en este caso como líder de esta microsecta y gurú de Aidan Delbis. Está soberbio y aterrador, dando una clase de interpretación y de contención, en un papel que podía ser muy pasado de vueltas.

La reina de la función es, como no puede ser de otro modo, Emma Stone, en su cuarta película con Lanthimos, con una interpretación en la que lo da todo en lo físico y en lo espiritual. Encarna a una ejecutiva de una multinacional que se convierte en la obsesión de los primos, que la raptan ya que está convencidos que es una extraterrestre de Andrómeda y a acudido a la Tierra a destruirla.

Este planteamiento delirante se va cociendo a fuego lento, describiendo cómo la conspiranoia se va apoderando de determinadas personas y cómo condiciona su día a día, con consecuencias aterradoras en su salud y su alma. La relación entre secuestrada y captores va avanzando la trama, en un triángulo apasionante de dependencias, obsesiones y fascinaciones, en el que se mezcla humor, drama, horror, gore y ciencia ficción, en una estructura circular que hace que la película acabe de la misma manera de la que comienza.

Los otros dos secundarios, el humorista Stavros Halkias y Alicia Silverstone -que está irreconocible-, proporcionan al guión elementos aún más aterradores, punteado por una extraordinaria banda sonora de Jerskon Fendrix, que alterna música melódica y atonal.

Al final, en la batidora de Lanthimos entra absolutamente de todo. Pero el resultado de la mezcla me resultó extraordinario y verdaderamente aterrador. Y conecta, extrañamente, con varias películas recientes de la cartelera, como La vida de Chuck, Eddington -aunque los papeles de Stone sean muy opuestos en ambas- o Una batalla tras otra, que siguen en mi cabeza muchos días después de verlas.

En resumen, una película fascinante pero para no todos los paladares. Si se entra en el juego de Lanthimos, la experiencia es apabullante. Y aterradora. Y con la curiosidad de saber cuál será su próxima transgresión. Emma Stone ganará un pastizal con Cruella 2, que ojalá le otorgue un colchón financiero que le permita seguir produciendo y protagonizando apuestas tan arriesgadas como esta.

Y, si alguien tiene curiosidad respecto al título, mejor esperar al final: es la última pieza del puzzle. Y el resultado es más que satisfactorio. 

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